En el momento en que contamos con una habitación en casa o en la oficina a la que querer darle un toque personal, muchas veces pasamos directamente a pensar en qué muebles encajarían mejor en esa estancia. Quizá no se repara tanto en un elemento gigantesco que también forma parte imprescindible en la decoración: las paredes. Muchas veces son olvidadas y dejadas con pintura blanca sólo por no haber reparado en ellas. Pero olvidarlas no es buena idea, si se decide dejarlas en blanco, que sea por alguna razón.
Lo cierto es que saber elegir la pintura adecuada puede hacer que una habitación cambie por completo su aspecto, aportándole más luz, dándole ese toque personal y haciéndola más acogedora. Así que atentos a los consejos que os damos para hacer de ese espacio un lugar único, y gracias a sus paredes!
1 – Acudir a tiendas especializadas y que cuenten con productos de calidad siempre es un plus y una ayuda. Hay que recordar que es una inversión que se hace a largo plazo. Mejor contar con un buen resultado y que perdure.
2 – No os olvidéis del resto de elementos de la habitación. Hay que tener en cuenta la orientación del lugar, la luz con la que cuenta, para qué se va a usar y quién. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de los muebles que se van a incluir (en ocasiones, ya se tienen y sólo se quiere modificar algo el aspecto de la habitación con un toque en las paredes).
3 – Si andas un poco perdido a la hora de escoger, una buena idea es centraros en un elemento que ya se tenga para esa habitación.. Puede ser un cuadro, un cojín, unas cortinas… y tomarlo como referencia para hacer contraste y combinarlo con tus paredes.
4 – No fiarse del color a primera vista, tan sólo con que cambie la iluminación de la habitación podréis comprobar que tiene una tonalidad distinta. En algunas tiendas de pintura suelen contar con diferentes bombillas para que podáis comprobar cómo se ven de verdad en función de la iluminación.
5 – Hay que pensar en lo que se quiere transmitir y en la función que tendrá ese espacio. Si es un cuarto para relajarse, como el dormitorio, mejor tonos más apagados (como azules claros o grises) y, si acaso, algún toque más llamativo en una de las paredes. Por el contrario, si se quiere que el color sea energizante (como en el caso de una zona de trabajo) se prefieren colores más llamativos (como el rojo).
6 – Por último, no tengas miedo de probar y cambiar. Si te gusta ser original y dar tu toque personal a la decoración, no te olvides de hacerlo también con la pintura de las paredes!